Texto # 1: Lenguas indígenas
Una de las
manifestaciones más importantes de una cultura la constituye el
lenguaje. Las culturas a lo largo del tiempo han creado su propio arte, su
ciencia, su religión, y por supuesto, su lenguaje. Pero, ¿por qué interesarse
en lenguas indígenas en la época del Internet, la televisión, las
comunicaciones por satélite, los viajes espaciales y los alimentos
transgénicos?
El mundo
camina a toda marcha y cada vez estamos más lejos de ese ser humano que se
interesaba por actualizar su origen en busca de los valores fundamentales de su
cultura, que encontraba en su tribu el sentido de su propia existencia. Hoy,
las marcas del individualismo se ven reflejadas en la soledad del hombre
contemporáneo, los largos años de desinterés por el destino del planeta han
dejado una huella cada vez más evidente a nuestros ojos. Qué lejos estamos de
ese hombre que se consideraba como parte de la naturaleza, y en esa medida se
valoraba a sí mismo y protegía el entorno que lo rodeaba, de ese hombre que
entendía que la naturaleza le había dado la vida y lo mantenía con vida, que la
naturaleza era su ser mismo. Para entender esta estrecha unión, que se da desde
el lenguaje mismo, podríamos poner un ejemplo: En la lengua Paez es común
escuchar la expresión: “Yo soy árbol”, para nosotros, seres del siglo XXI, esta
expresión no pasaría de ser una metáfora, pero para el paéz esto es una
realidad, una experiencia cotidiana que se vive desde el lenguaje, veamos: 1.
Khat`en paez significa varias cosas a la vez: es la piel del ser humano y es la
corteza del árbol. 2. Wace-wace significa a la vez raíz del árbol y pie humano
(tendón). 3. Ku`ta es el brazo pero también la rama del árbol. 4. F tù es árbol, así que para
distinguir la rama del árbol del brazo, se diría: F tù Ku`ta. Los indígenas
integran el medio en el que viven a su lenguaje, construyen su lenguaje a
partir de la naturaleza.
Nosotros aún
conservamos parte del paisaje natural de nuestros ancestros, aún podemos pintar
con verde una gran parte de nuestro mapa, mientras que en otros lugares sólo
pueden pintarlo con el gris de las ciudades. Vale la pena reflexionar entonces,
e intentar rescatar esa pieza del rompecabezas que somos, esa pieza que nos
habla de los valores fundamentales de la relación del hombre con el mundo, con
el otro, con la naturaleza, con el Creador.
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Texto # 2: Danza de la tormenta
Danza de la Tormenta (Jalil Quechua)
Amanece la tierra
y se cubre de luces
a fin de venerar
al creador del hombre.
Y el alto cielo
barre sus nubes
para humillarse
ante el creador del mundo.
El rey de las estrellas
y padre nuestro, el Sol,
su cabellera extiende
a los pies de él.
Y el viento
junta las copas de los árboles
y sacude sus ramas
y las yergue hacia el cielo.
Y en el regazo de los árboles
los pajarillos cantan
y rinden el fervor de su homenaje
al regidor del mundo.
Todas las flores,
bellas y ufanas,
exhiben sus colores
y sus perfumes.
Y en el seno del lago,
que es universo de cristal,
es grande el alborozo
de los peces.
El río caudaloso,
con su bronco cantar,
está rindiendo su alabanza
a Viracocha.
El peñasco también
se atavía de verde,
y la floresta del barranco
ostenta flores nuevas.
Y las serpientes,
habitantes del monte,
van arrastrándose
a los pies de él.
La vicuña del páramo
y la vizcacha del peñasco
se domestican
cerca de él.
Así también mi corazón,
en cada amanecer,
te rinde su alabanza,
Padre mío y Creador.
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Texto # 3: POPOL VUH, Primer capítulo
Esta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques: sólo el cielo existía.
No se manifestaba la faz de la tierra. Sólo estaban el mar en calma y el cielo en toda su extensión. No había nada que estuviera en pie; sólo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo. No había nada dotado de existencia.
Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad, en la noche. Sólo el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se les llama Gucumatz. De grandes sabios, de grandes pensadores es su naturaleza. De esta manera existía el cielo y también el Corazón del Cielo, que éste es el nombre de Dios. Así contaban.
Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la oscuridad, en la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz. Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento. Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre.
Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y la creación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en la noche por el Corazón del Cielo, que se llama Huracán. El primero se llama Caculhá-Huracán. El segundo es Chipi-Caculhá. El tercero es Raxá-Caculhá. Y estos tres son el Corazón del Cielo. Entonces vinieron juntos Tepeu y Gucumatz; entonces conferenciaron sobre la vida y la claridad, cómo se hará para que aclare y amanezca, quién será el que produzca el alimento y el sustento.
- Hágase así. Que se llene el vacío. Que esta agua se retire y desocupe [el espacio], que surja la tierra y que se afirme. Así dijeron. Que aclare, que amanezca en el cielo y en la tierra. No habrá gloria ni grandeza en nuestra creación y formación hasta que exista la criatura humana, el hombre formado. Así dijeron.
Luego la tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se hizo la creación de la tierra: -Tierra - dijeron, y al instante fue hecha. Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación, cuando surgieron del agua las montañas; y al instante crecieron las montañas.
Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación de las montañas y los valles; y al instante brotaron juntos los cipresales y pinares en la superficie.
Y así se llenó de alegría Gucumatz, diciendo :
-- Buena ha sido tu venida, Corazón del Cielo; tú, Huracán, y tú, Chipi-Caculhá, Raxá-Caculhá.
- Nuestra obra, nuestra creación será terminada - contestaron.
Primero se formaron la tierra, las montañas y los valles; se dividieron las corrientes de agua, los arroyos se fueron corriendo libremente entre los cerros, y las aguas quedaron separadas cuando aparecieron las altas montañas.
Así fue la creación de la tierra, cuando fue formada por el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, que así son llamados los que primero la fecundaron, cuando el cielo estaba en suspenso y la tierra se hallaba sumergida dentro del agua.
De esta manera se perfeccionó la obra, cuando la ejecutaron después de pensar y meditar sobre su feliz terminación.